Entre bastidores veo como la bailarina que está en el
escenario hace una doble piroutte perfecta. ¡Madre mía! Yo solo sé hacer una… Miro hacia arriba y veo la mirada
de mi profesora, me sonríe, me abraza y me da un besito en la frente. De
repente se me pasan todos los nervios. Pero oigo como avisan número 22 María Martínez… y una nueva
bailarina sale al escenario. ¡22! ¡Soy el
número 23!
Mi profesora me hace una señal y empiezo a quitarme los
calentadores y la chaqueta del uniforme. Me revisa bien la corona, qué este
bien sujeta, me pinta los labios de nuevo y me echa un poquito de purpurina
mágica para que me de suerte.
23 Lili Martínez.
Estoy lista y salto al escenario. Miro hacia al público y veo cinco lamparitas
con cinco personas detrás. ¡Son los jueces!
Entonces empieza a sonar la música. Llegó el momento que he
estado esperando durante meses. Developpé,
bourre, devleoppé bourre…. La música de la variación del Pájaro azul me inunda y me dejo llevar.
¡Me siento como una bailarina profesional! Acabo mi variación y saludo. Los
jueces están anotando en sus libretas. Voy corriendo hacia los bastidores y veo
a mis compañeras y mi profesora aplaudiendo en silencio y dando saltos de
alegría. Nos damos un abrazo enorme y volvemos al camerino.
Todas hablamos a la vez, ¡estamos hiperactivas! Aunque ya
hemos bailado las cinco ahora tenemos que esperar hasta la entrega de premios.
Nos ponemos nuestro uniforme y salimos a comer. Aunque estamos muy nerviosas,
devoramos la comida para poder volver al teatro. Nuestra profesora nos
tranquiliza, ¡aún faltan dos horas para la entrega de premios!
Aunque tenemos tiempo, volvemos al teatro en menos de media
hora, enseñamos nuestras acreditaciones y estamos otra media hora retocándonos
el maquillaje mientras nuestra profesora nos hace fotos. Estoy muy, muy, muy
nerviosa. ¡Cada vez falta menos!
Entonces llega una chica y nos dice que podemos subir al
escenario. Se abre el telón y por primera vez en todo el día el público puede
aplaudir. El público, los focos, la música, los aplausos… Y mis compañeras y yo
cogidas de la mano. Vemos a nuestra profesora entre los bastidores con lágrimas
de alegría en los ojos. Está muy orgullosa de nosotras. Entonces sabemos que no
importa conseguir o no uno de los premios, haber llegado hasta allí es nuestro
premio.
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