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lunes, 2 de marzo de 2015

Concursos de ballet I

Hace justo un año nos encontrábamos preparándonos para participar en el concurso Nacional de Danza Anaprode. Esta entrada estará dividida en dos partes, una primera en la que os hablaremos desde el punto de vista docente y pedagógico, y otra en la que os explicaremos en primera persona la vivencia de las pequeñas bailarinas.

Lo más importante a la hora de participar en el concurso es la actitud de la profesora frente a este, ya que su actitud será la que tendrán sus alumnas.


Un concurso es una oportunidad muy grande para las pequeñas bailarinas, tienen la oportunidad de vivir una gran experiencia, bailar en un escenario nuevo, ver bailar a otras bailarinas, entrar en contacto con otras escuelas, pasar un día entero en el teatro…

Es muy importante presentarse al concurso con una actitud positiva y con ilusión para vivir una nueva experiencia, no con una actitud competitiva que solo tenga como visión final el trofeo del primer premio.

Es muy importante remarcar que la experiencia del concurso no es algo que empieza y acaba el día que concursamos, sino que se inicia el día de la inscripción al mismo.



Desde este día empiezan los sueños e ilusiones. Todos los ensayos fuera de horas, las pruebas de vestuario, los nervios, la cuenta atrás, la memorización de nuestros números de audición… Todo esto culmina en el escenario después de pasar horas en el camerino retocando el maquillaje y el moño y calentando con los tutús puestos.


Participar en un concurso de ballet hace que la amistad entre las pequeñas bailarinas crezca y surja un sentimiento de fraternidad e ilusión que hace que la pequeña escuela de ballet sea una gran familia. 



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